Con dos partidos determinantes en menos de una semana, Boca
se quedó sin DT. Como a mediados del 2014, con Carlos Bianchi, Daniel Angelici
despidió al entrenador por teléfono. A tres meses y siete partidos oficiales de
renovar por año y medio, Rodolfo Arruabarrena no trabajará más en Boca. Un
nuevo papelón, un nuevo ídolo maltratado por esta gestión.
No sorprende, porque este es la forma de manejarse de
Angelici. Vive de viaje, entre reuniones de AFA (donde a pesar del supuesto
rechazo a Tinelli, cada vez se lo ve más cerca a Lammens) FIFA y su aporte al
gobierno nacional, y a duras penas ve por tele a su club. Se acerca a poner la
cara cuando tiene que sacrificar a alguien para salvarse él. Eso le hizo al
Vasco, el DT que se jugó un pleno por él en las últimas elecciones, a costas de
ganarse el rechazo de un grueso de la hinchada; el DT que le dio los dos
títulos de su gestión (la Copa Argentina 2012 fue con DT y plantel heredados de
la presidencia de Ameal), el DT al que le renovó el contrato hace tres meses. Y
lo sacrificó por teléfono, además.
Boca fue campeón dos veces en noviembre, es sabido, jugando
irregularmente. A veces bien, a veces mal, ganando más por individualidades que
por nivel colectivo. Podría haberse desprendido de Arruabarrena el 31 de
diciembre, cuando el contrato del Vasco vencía. Decidió renovarle y darle
revancha en la Copa Libertadores. No esperó ni al primer partido copero para
empezar a empujarlo. Porque el ex 3 se despidió esta mañana, con una final
perdida ante San Lorenzo de la peor manera, con una derrota de local ante
Atlético de Tucumán y, por último, con otro traspié ante Racing, sin embargo
las movidas de piso empezaron días antes del 0-4 en la Supercopa. ¿Los amistoso
del verano pesaron tanto? ¿Qué cambió luego? Si después de esa seguidilla de
malas vinieron dos victorias por torneo local y un empate bien logrado en Cali,
¿es lógico echarlo en la primera que pierde? ¿Lo sostuvo con la condición de
que no vuelva a perder nunca jamás? Absurdo.
Al DT que venga, aparentemente Guillermo Barros Schelotto,
le irá bien, por el plantel que tiene Boca. Campeón es uno solo, claro, pero el
Xeneize va a estar en la pelea. Lo malo de que sea un ídolo como el Mellizo es
que se trata de otro tipo queridísimo por los hinchas que, junto con su firma
en el contrato, pone la cabeza en la guillotina de Angelici, que con tal de
seguir ejerciendo su militancia en el PRO desde la oficina en la que han
convertido al club más popular de Argentina, seguirá sacrificando gente, para
así mantener su cuota de poder. Han sido víctimas tipos enfrentados a ellos,
como Riquelme y Bianchi, y lo ha sido uno totalmente encolumnado como el Vasco.
Pasan los jugadores, pasan los directores técnicos, pero los dirigentes siempre
ganan.
La sección “Para el
hincha” es eso. Una sección para el hincha de Boca. De parte de otro hincha.
Uno que, simplemente, escribe en una página y habla en una radio, en lugar de
manejar un taxi, conducir una fábrica o ser empleado estatal. Es un lugar para
volcar sensaciones, opiniones, broncas y alegrías, y reflejar la identidad del
club, con pasión y chicanas, pero con autocrítica y respeto. Y sin Angelicis.