
Argentina arrancó su andar en la Copa América 2011 con un empate 1-1 frente a Bolivia. No hay que exagerar con la preocupación porque todavía falta, pero no hay dudas de que quedaron varias cosas para corregir de mitad de cancha hacia adelante.
A continuación, un comentario de cada aspecto:
La defensa: bien, aprobado.
Burdisso y
Milito, a excepción de un mano a mano que salvó
Romero y alguna aislada en el ST, cortaron siempre cada contra de Bolivia. Como la Selección atacaba con mucha gente, en el fondo quedaban los dos centrales junto a
Mascherano solos. No tuvieron mayores complicaciones y fueron prolijos para salir jugando.
Zanetti y
Rojo nunca fueron al fondo, pero no es culpa suyo sino de los encargados de gestar el juego, que no le dieron al equipo el ritmo necesario para que los laterales rompan por los costados. Buen partido de ambos, igualmente, en especial del Pupi que participó más.
El mediocampo: Cambiasso sufre por momentos este esquema, ya que al retrasarse
Messi, el Cuchu debe adelantarse al centro del ataque para no perder esa posición, y ahí queda sin utilidad.
Banega tuvo un primer tiempo con intervenciones interesantes, pero en la segunda etapa fue parte del nerviosismo y la imprecisión. GROSERO error en el gol, queriendo jugar en su propia área chica antes de pararla. Masche fue el primer pase siempre en la salida, que fue muy aceitada.
La delantera: Lo peor. O mejor dicho, la creación fue lo peor.
Tevez, Messi y
Lavezzi nunca se juntaron, fueron todos intentos individuales. Luego ingresó
Di María y aportó únicamente más egoísmo en cada ataque. El 10 sí logró hilvanar algunos buenos arranques desde el fondo, pero no otra cosa. El
Kun Agüero fue quien renovó los aires de la ofensiva y, además del gol, generó más rotación y alguna buena conexión con los demás puntas.
El equipo: Flojo. Un poco en el primer tiempo, mucho menos en el segundo. Faltó cambio de ritmo para pasar de toquetear a ser punzante, ni hablar de la ausencia de profundidad.
El DT: Con relación al once inicial, es el que siempre plantó
Batista, por lo que criticar puntualmente eso, no tiene sentido. Lo que sí hay que destacar, es que increíblemente no puso en campo a Pastore para darle juego a Messi y tener mejor funcionamiento. Ni Lío ni Di María juegan de 10, función que sí puede cumplir el Flaco.

El rival: El empate no fue sólo por errores de Argentina, sino que hubo muchos méritos de Bolivia. Cuando el Seleccionado local lo tiró contra su arco, los de verde estuvieron firmes. Cuando pudieron, salieron de contra. Siempre bien parado, sufrió pocas veces en el fondo.
Matías Fabrizio
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