sábado, 26 de noviembre de 2016

Reflexiones sobre Fidel


Como era de esperar, tras la muerte de Fidel Castro se leyó de todo. Descontando el obvio derecho de cualquiera a dar su punto de vista, hay unos cuantos que parecen carecer de sentido ante la realidad histórica y actual de Cuba, y se quedan en el chiste forzado y la burla.

Dicen que ningún cubano va a leer los saludos del resto del mundo porque no tienen acceso a internet. En Argentina hay gente sin acceso a agua potable, cloacas y sistema eléctrico. En pueblos del norte pero también en villas en plena Capital Federal, a cuadras de grandes edificios luminosos. ¿Cuál de los dos está mal? Los cubanos no pueden darse lujo alguno, tienen lo justo y necesario, no les sobra nada. No viajan. Pero habiendo cientos de millones de muertos de hambre del mundo, en Cuba no hay ninguno. No tienen IPhones, pero el porcentaje de escolarización juvenil es de casi el 100%. Todos saben leer.

No eligen presidente, sino que es una dinastía egipcia. Al margen de ser falso (en Cuba hay un sistema electoral), ¿cuál es la crítica en concreto? ¿No poder elegir? ¿Qué ventaja social representa poder elegir entre, por ejemplo, Mauricio Macri y Daniel Scioli? ¿Entre Donald Trump y Hillary Clinton? La democracia que conocemos hoy en día es una gran farsa en la que, bajo la saludable mirada de que todos tienen el mismo derecho a votar, se van turnando diversos políticos en los lugares de poder, y rara, rarísima, vez estos son un fiel representante y defensor de las mayorías populares.

El embargo estadounidense existe desde hace decenas de años. En cada votación que en la ONU se realiza, hay más de 185 a favor de levantar este bloqueo y sobran los dedos de una mano entre los que votan en contra o se abstienen, que siempre son Estados Unidos, Israel y algún otro de la misma línea. Este año, de hecho, no tuvo negativas y estos dos países fueron las únicas abstensiones, contra 191 positivos. Así y todo, 60 años después, aún sigue vigente. Contra esto, contra la caída de la Unión Soviética a principio de los '90, también debieron luchar Fidel y sus compañeros.

Con el tiempo, por estos impedimentos impuestos y por decisiones propias (el Che Guevara siempre prefirió un línea de gobierno fiel a los principios revolucionarios marxistas, mientras que Fidel fue amigándose cada vez más con la URSS, incrementando la dependencia), la Revolución quedó en algún punto congelada, estancada. Como dice Galeano"la Revolución es lo que pudo ser y no lo que quiso ser, (...) el muro entre el deseo y la realidad fue haciéndose más alto y más ancho gracias al bloque imperial".

En lo esencial, ganó Fidel. En educación y en salud. Perdió en otras instancias, en lograr que Cuba sea autosustentable y más desarrollada industrialmente. Pero las batallas principales fueron suyas. También triunfó al morirse, en morirse a los 90 años, con su familia y en La Habana. Festejaron su muerte los que lo quisieron matar tantas veces. Festejaron sin saber que festejaban su propio fracaso, porque nunca pudieron con él.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario