
Y ganó el mejor. El que mejor jugó en equipo, al menos, que en definitiva es como se juega al fútbol. Un plantel práctico, con jugadores funcionales al conjunto y no al revés. También efectivo y solidario.
Repasando nombres, hay que empezar por Muslera, mejor arquero de la Copa detrás de Villar, seguramente, quien fue la gran figura en los cuartos frente a Argentina. La línea defensiva es firme y se destaca en el juego aéreo, que hoy en día es un arma importantísima en ataque y en defensa. En el medio hay un punto de inflexión en este plantel: el Ruso Pérez, Arévalo Ríos, Eguren y Gargano, cuatro leones que corren y meten cada segundo que están en la cancha, son el motor del equipo. Luego, en la parte ofensiva, Suárez fue el mejor de esta Copa y Forlán el mejor del Mundial,

En cuanto al estilo de juego, es simple. Defienden los 11, más atrás o más adelante según la ocasión y el rival, y así logran ser una de las dos o tres Selecciones más agresivas del mundo. En ataque también es sencillo, abriendo la cancha. En el ideal de Tabárez, jugando 4-3-3, tanto los volantes como los delanteros se paran lejos para generar espacios y aprovechar la técnica de los puntos para desequilibrar mano a mano. Ante la lesión de Cavani, el Maestro optó por cuatro medios, entonces ahí pasó a atacar mucho por las bandas, donde destacó Álvaro Pereira por izquierda y Forlán se encargó de la generación más que de la definición.
Lo genial de Uruguay no es su juego, que de hecho pocas veces es vistoso. Sí lo es su sentido de equipo, que todos hagan todo lo que haga falta por ganar, es su mentalidad ganadora incluso siendo menos que el rival (caso Argentina ahora, u Holanda y Alemania en Sudáfrica). Cualquier conjunto que tenga estos atributos es, de mínima, peligroso. Si se le suma a esto la calidad de sus individualidades, las cuales siempre ponen primero el objetivo grupal por sobre el propio, entonces tenemos a un candidato a ganar y sorprender siempre. Eso es Uruguay hoy en día.

El día de mañana, cuando Brasil logre aceitar el funcionamiento con Neymar, Ganso, Robinho y Pato, y Argentina pueda armar un equipo que potencie a Messi y juegue como todo el país espera, seguramente los resultados serán otros. La lógica indicaría, si es que existe tal, que Brasil y Argentina, al 100%, deberían ganarle a los charrúas. Sin embargo, hasta que eso suceda, hasta que los dos grandes armen un EQUIPO, el mejor seleccionado sudamericano del siglo XXI seguirá siendo Uruguay.
Matías Fabrizio