
Si Argentina es capaz de meter 130 tackles durante una hora, ya en un primer punto queda claro que, si bien alguna derrota abultada habrá, estas serán contadas. Y cuando la competencia en el Rugby Championship, el nuevo Cuatro Naciones, traiga el desarrollo y el aprendizaje para igualar el ritmo físico, la limpieza de rucks y la utilización de la pelota que tienen las potencias, Los Pumas serán un seleccionado de excelencia aún más de lo que son ahora.
Lo bueno es que para afrontar esta nueva etapa, en la que tendrán un mínimo de 12 partidos a lo largo del año en lugar de seis, sólo Mario Ledesma y Martín Scelzo no estarán más con el equipo. Felipe Contepomi y Rodrigo Roncero, unos años menores que los otros dos, seguramente estén al menos en las primeras dos aventuras de Los Pumas con All Blacks, Wallabies y Springboks.

Por ende, y por suerte, el grupo de entre 40 y 45 jugadores que formarán parte del primer equipo será de buen nivel y el trabajo dará sus frutos seguro porque serán pocas las variantes con respecto al plantel de los últimos años.

Tranquilidad es la primera sensación que deja este Mundial, porque hay un futuro genial por delante. Los Pumas demostraron después del bronce en el 2007 que siguen siendo de oro y que son capaces de todo, sólo les queda esperar a ver la explosión del equipo tras los desafíos contra las superpotencias.
Matías Fabrizio
gracias a Imago Deportes
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