
Gonzalo Bergessio, delantero de San Lorenzo, de paso por Platense, Instituto, Racing y Benfica, es uno de los jugadores del fútbol local más codiciados por las billeteras de Europa. Es un atacante potente, rápido, fuerte, con actitud y con gol, que se retrasa para ayudar en la creación y que se tira a los costados para abrir la cancha. Es un jugador muy completo, que con sus actuaciones se ha ganado un lugar en la última convocatoria de Alfio Basile en la Selección (vs Chile) y la titularidad en el amistoso de la Selección local de Maradona frente a Panamá (3-1 en Santa Fe, con dos de Lavandina).
El Apertura 2008 finalizó con un triangular entre Boca, San Lorenzo y Tigre. En el primer partido los de Boedo vencieron a los de Victoria, dejándolos casi sin chances. En segundo turno los Xeneizes vencieron al Ciclón y quedaron a un paso del título. En dicho partido, Bergessio, ante la impotencia de estar perdiendo el campeonato, perdió la línea y protestó alevosamente los fallos de Héctor Baldassi, ganándose así una expulsión, que coronó haciendo gestos que insinuaban que el árbitro estaba "comprado".

Un mes después, en la Copa de verano, en Salta, la nota de color fue una pelea entre el delantero y Danilo Gerlo, defensor de River, que terminó con los dos viendo al roja. En marzo de este mismo año, de visitante frente a Colón, San Lorenzo perdió 3-0, con tres jugadores menos. Uno de ellos fue Bergessio, por una fuerte patada desde atrás a Marcelo Goux (sí, a Goux).
Luego de unos meses de tranquilidad, con el mencionado paso por la Selección local incluído, volvió a descarrilar: en Uruguay, en un amistoso bastante informal frente a Atlético El General, se trenzó a golpes de puño Guzmán Elizarzu, defensor rival.
Dos caras de un mismo jugador. Si Bergessio no tuviera ninguno de estos arranque de locura y dedicara esa energía a seguir creciendo como futbolista, estaría casi con seguridad en algún respetable equipo de Europa y, logrando continuidad, podría llegar a ser una de las sorpresas de Maradona para el Mundial, ya que el potencial lo tiene. Pero mientras siga con esas actitudes, de pelearse o hacerse expulsar cada tanto, mostrando muy poco profesionalismo, la chance de dar un salto de calidad se le hacen cada vez más efímeras.
Matías Fabrizio
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