
La realidad marca que un empate con Uruguay es un resultado factible, más aún si Argentina generó más y Muslera fue figura. Sin embargo, la Copa América en sí ha resultado un fracaso. No para los jugadores, pero sí para Sergio Batista.
¿Por qué fue este el verdadero fracaso?
1- La falta de análisis del esquema adversario. Es sabido que los europeos (incluyendo a Brasil, que juega 100% al ataque) son distintos a los sudamericanos. Los de allá juegan con mucho más ritmo y con esquemas más flexibles. Acá se juega con menor dinámica y, salvo

Entonces, jugar con triple 5 y Messi de 9, con muy poco cambio de ritmo, se puede decir que sirvió contra Portugal o Brasil, porque se esconde la pelota, se toca en corto, y el rival así no puede jugar ni hacer valer su despliegue físico. Ahora, si el contrario es Bolivia, Colombia o Uruguay, que juegan replegados atrás con mucha gente, la ausencia de velocidad para atacar anula la posibilidad de romper las líneas defensivas.
2- La falta de análisis de los puntos altos del adversario. Uruguay tiene a uno de los mejores pateadores de la Copa, que es Forlán, y también a varios de los mejores cabeceado

En el programa de TyC Indirecto, el ex jugador y ahora analista Gustavo Lombardi presentó un compacto de no menos de ocho jugadas de la Celeste en las que Alvaro González se hacía el distraído esperando el rebote y llegaba solo por atrás. No fue exactamente así la jugada del gol, de hecho ni siquiera fue González, pero tener en cuenta estas cosas hace que los jugadores estén atentos a todo lo que tenga color celeste y se mueva cerca. Ni hablar de Bolivia, equipo súper humilde y otro gol de pelota parada, o Colombia, equipo fuerte pero que de contra pudo hacer cantidad de goles si no fuera por Romero.
3- La contradicción en nombres y esquemas. De "mi nueve es Messi" a "si Higuaín está bien, Tevez no va de nueve", dando a entender que jugaría el Pipita. De jugar "como el Barsa" con gente que toque en el medio y Lio suelto, a poner cuatro delantero

Una cosa, obviamente, es ver errores y cambiar. Pero si después de un tan mal arranque frente a Bolivia, se repite la formación, que venía jugando casi igual desde el partido con España, es porque el DT sostiene una idea. Ahí bien, entendible. Frente a Costa Rica era una situación especial por la urgencia, entonces se ponen delanteros para tener mayor caudal ofensivo. Bien también. Ahora, Uruguay en cuartos de final ¿es también una situación desesperada? ¿hacía falta poner cuatro delanteros? Al margen de si el equipo jugó bien, de hecho lo hizo, no fue con el esquema que Batista pregonó desde que asumió, al igual que contra los Ticos.

4- La falta de una idea de juego que no dependa de las ocurrencias de Messi. La Selección no juega para Messi. No hay un estilo determinado. Especialmente frente a defensas recias y numerosas, hace falta algún creador para que distribuya el juego y de a poco se generen espacios que sean explotados por el 10, pero no esperar a que Lío toque, genere y además defina. Esta Copa América mostró un gran dependencia del crack rosarino y poco juego asociado.
Matías Fabrizio
Muy buen análisis!
ResponderBorrarGracias, Juancito. Abrazo.
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