La Selección Argentina de básquet, que está dando cátedra en el Preolímpico de Mar del Plata ante rivales que no son de su talla, tiene dentro de su plantel genial a cuatro jugadores "especiales".
¿Por qué especiales? Porque juegan en la NBA. La diferencia de estilos, de jerarquía e incluso de reglamento entre el básquet yankee y el del resto del mundo, hace que un seleccionado que cuenta con alguien que se desempeñe en Estados Unidos sea distinto. No es que Manu Ginóbili, Luis Scola, Carlos Delfino y Andrés Nocioni sean puntales de nuestra Generación Dorada por estar en la NBA, sino que es al revés. Porque tenemos un nivel nacional cada día mejor desde hace 10 ó 12 años, estos cuatro jugadores pudieron dar saltos a Europa y a la Selección, hasta que llegaron al mejor básquet del mundo, donde son figuras y campeones.
Vale mencionar también a Fabricio Oberto, campeón en el 2007 jugando para San Antonio Spurs, y hasta siendo titular junto a Tim Duncan. Luego Fabri estuvo en otros equipos, hasta que hace 10 meses dejó la actividad por aquel problema cardíaco cuando integraba el roster de Portland Trail Blazers. También a Juan Ignacio Sánchez y al colorado Rubén Wolkowyski, el primer argentino en jugar allá, que tuvieron un paso fugaz.
Hoy en día, Argentina tiene a los Cuatro Fantásticos, más Pepe Sánchez y Oberto, bien. Sin embargo hay un quinto jugador con nivel NBA. No es fuerte como el Chapu, goleador como el Luifa, talentoso como el Cabezón o "todo" como Manu. No obstante, Pablo Prigioni tiene la capacidad mental, estratégica y táctica de comandar a este equipo y llevar el tiempo, y decidir entre quiénes y en qué momento repartir el ataque. Es una parte indispensable del equipo, sin él no sería igual, y gracias a su juego, las figuras se dedican a defender y atacar, ya que el que organiza es Prigioni.
El ex jugador de Belgrano y Obras lleva más de 10 años brillando en España, los últimos en equipos de primer nivel europeo como TAU Cerámica (hoy Saski Baskonia) o Real Madrid. Se sumó a la Generación Dorada tarde, tras el retiro del retornado Sánchez, en el 2006. De a poco se adaptó al equipo, y hoy es un referente más, al menos dentro de la cancha. Es, hoy en día, un NBA más.
Matías Fabrizio
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